Hace unos años, Mohamed, un niño árabe de 14 años, se mudó a Francia con sus padres y sus hermanos Said y Jade. Nada más llegar a su nuevo colegio vio cómo unos niños franceses pegaban a otro por ser de diferente religión. Este hecho le llenó de temor y decidió llamarse Samuel y hacerse pasar por un niño francés.
Al principio, fue bastante fácil llevar a término el engaño pero, cuando sus compañeros de clase, empezaron a hacerle preguntas, Mohamed no sabía que responder.
Un día, cuando ya se había ganado la amistad y confianza de casi todos los niños del colegio, empezó a decir la verdad. Confesó a sus amigos que era árabe y que su verdadero nombre era Mohamed.
La reacción no se hizo esperar. Todos quedaron extrañados y él les dijo: "No habéis notado que yo soy árabe. Eso quiere decir que todos somos iguales sin importar nuestra religión".
Ana María Sánchez González (4º ESO A)
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