Seguimos con las producciones que han hecho los alumnos del CEO sobre los Derechos Humanos. Youssef Afif nos ofrece una redacción magnífica sobre la lucha por los DD.HH. No os lo perdáis.
Ilia
era un niño de 10 años muy inteligente para la edad que tenía. Éste, desde muy
pequeño, veía cómo sus padres y todas las personas pobres de la ciudad no
tenían derecho a nada. El que gobernaba la ciudad los usaba para explotarlos
mediante servidumbres y trabajos forzosos; en cambio, otras personas,
evidentemente los ricos, gozaban de todos los privilegios que puedan
imaginarse.
El niño veía que eso no podía ser
algo normal y pedía explicaciones a sus padres pero estos siempre le decían que
aún era un niño para entender esas cosas. Ilia no podía entender cómo unas
personas vivían con todos sus derechos y otras sin ninguno, ni tan siquiera
tenían el derecho a la libertad de expresión o de movimiento.
Al cumplir los 16 años, Ilia tuvo
que afrontar la verdad de su destino, es decir, servir, trabajar y callarse. Ése
fue el peor día de su vida. No podía soportar esa situación tan injusta. Así que,
un buen día, se enfrentó al gobernador de Kakamba y acabó en la cárcel. Allí pasó
tres años de su vida. Pasado este tiempo, salió de la cárcel e Ilia le dijo a
sus padres que no estaba dispuesto a ser un esclavo toda su vida de manera que,
con la ayuda de estos, logró escapar de la ciudad y después del país. Sus padres
sabían perfectamente que si Ilia se quedaba con ellos pasaría el resto de su
vida en la cárcel o aún peor.
Tras su huída, Ilia acabó en un país
en la que la gente, pobre o rica, gozaba de todos los derechos humanos. Allí,
una familia con mucha fama, autoridad y riqueza a nivel nacional lo acogió en
su casa e hizo que Ilia consiguiera un trabajo para ganarse la vida.
Cierto día, el chico contó a la
familia que le había acogido, su pasado. Estos sintieron mucha pena por él y,
como tenían tanto poder, lograron sacar de Kakamba a los padres de Ilia. Para él
este fue el día más feliz de su vida.
Una vez asentada su vida, Ilia se
convirtió en un defensor de los Derechos Humanos y logro que todos los
habitantes de Kakamba vivieran en igualdad. El gobernador de la ciudad fue
condenado por la ONU y pasó el resto de su vida en la cárcel.
Youssef Afif (3º ESO A)
No hay comentarios:
Publicar un comentario